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345 kilómetros y 4500 metros de desnivel dividido en dos jornadas y más de trece horas y media de btt

Una de las múltiples actividades que ha sufrido las consecuencias de la llegada del coronavirus a nuestras vidas ha sido la suspensión de pruebas deportivas y especialmente las relacionadas con el ciclismo de montaña que prácticamente han desaparecido todas del calendario, incluyendo campeonatos autonómicos y nacionales. Por eso y para mantener intacta la moral y el espíritu competitivo desde el equipo Extremadura-Ecopilas se autopropusieron un reto deportivo que completaron el pasado fin de semana, al que también se sumaron varias decenas de aficionados extremeños mientras recorrían la milenaria Vía de la Plata a su paso por las provincias de Badajoz y de Cáceres.

Nada menos que 345 kilómetros con 4500 metros de desnivel acumulado en dos etapas de casi siete y cinco horas y media de duración respectivamente son los datos que nos ofrecían al término del reto los diferentes dispositivos que lleva actualmente encima cualquier ciclista, a los que también van guiando con bastante exactitud por este trazado histórico de unos de los Caminos que llevan a Santiago de Compostela, por cierto, mal señalizado en general a su paso por Extremadura. ¡Bendita modernidad mientras duran las baterías!.

PRIMERA ETAPA: Monesterio – Cáceres, 200 kms.

A las 7 de la mañana salía un primer grupo desde prácticamente el límite del sur de la provincia donde al paso por Monesterio se unió sobre la marcha otro grupo de ciclistas pertenecientes a varios clubes de la zona como el Ankay, Corona Chica y Puerto Lobo. A medida que transcurrían los kilómetros y el sol comenzaba a subir la temperatura ambiente, los primeros acompañantes que iban finalizando su particular recorrido irían dejando paso a otros colegas, a medida que se pasaba por Fuente de Cantos, Calzadilla de los Barros, Puebla de Sancho Pérez, Zafra, Los Santos de Maimona, Villafranca de los Barros, Torremegía y Mérida, donde hubo parada informativa en la misma sede de la televisión regional donde nos esperaba el siempre atento Óscar Marín, redactor de deportes, para dar cumplida información de la aventura. Por el camino se habían bajado algunos acompañantes y unido otros a la altura de Villafranca que en este caso procedían de Almendralejo y Fuente del Maestre.

Breve paso por la capital autonómica para pasar junto al Embalse de Cornalvo y bordear el Parque Natural, no sin ganas de echar pie tierra para darse un buen chapuzón porque a esas horas el sol y la tormenta que se barruntaba lo que menos apetecía era pedalear y no precisamente a ritmo de paseo. Pasado Aljucén última población de Badajoz, en principio parada definitiva de la primera jornada pero que se prolongaría hasta Cáceres siguiendo las indicaciones de todo un experto como Díaz de la Peña, se llegaba a Alcuéscar, donde la lluvia hizo acto de presencia pero lejos de bajar la temperatura hizo subir la sensación de bochorno camino de Casas de Don Antonio, Aldea del Cano, Valdesalor antes de llegar a la residencia del Centro de Tecnificación Deportiva de la Ciudad Deportiva de Cáceres. Control de temperatura antes de acceder al recinto y excelente acogida del personal que allí trabaja facilitando en todo momento cualquier necesidad que surgía a los deportistas. El primer objetivo estaba hecho. Tocaba descansar y reponer fuerzas de cara al domingo.

SEGUNDA ETAPA: Cáceres – Baños de Montemayor, 145 kms.


Sobre las siete y cuarto, vuelta a las monturas para dejar atrás un Cáceres que en agosto y siendo domingo, aún no había despertado. El trazado de esta segunda etapa era más técnico y menos llano pero el calor y el cansancio acumulado serían factores a tener muy en cuenta.

De Cáceres dirección a Casar de Cáceres para llegar a Cañaveral, previo paso y unas impresionantes vistas del Río Tajo y tras más de dos horas de pedaleo casi sin descanso. Allí se unían algunos aficionados de Plasencia, del propio club GR100, para una vez avituallados emprender camino hacia Riolobos, Galisteo y San Gil, donde nuestros amigos y amigas de Placeat con Chuchi Ginés a la cabeza, Paco Valverde en la distancia pero “conectado al reto vía skipe”, y el senador por la provincia cacereña, Javier Garcinuño, dieron un cariñoso recibimiento en las mismas puertas de la residencia cuando llegaba el grupo ciclista. “Con un simple gesto como este alegráis la mañana a nuestros usuarios que llevan sin salir de aquí desde el confinamiento”, nos comentaba Ginés, algunos de ellos forman parte del PlaciClub que apadrina desde hace varios años Pedro Romero, también presente en este reto. En la pedanía placentina se unia algún que otro aficionado como el extremeño residente en Zaragoza, Nerón Rodríguez.

Aún quedaba largo trecho y el calor y el kilometraje ya empezaban a pasar factura. Carcaboso, la ciudad romana de Cáparra, Aldeanueva del Camino serían los puntos de paso antes de llegar a la antigua estación de tren de Baños de Montemayor, donde el Camino Natural de la Vía de la Plata y su vía verde ponían punto final a la aventura.

Miguel Muñoz, extremeño residente en Cataluña y el joven Íker Martín, dos acompañantes con diferentes objetivos
De todos los aficionados que decidieron hacer este reto cabe destacar a Miguel Muñoz, natural de Feria y profesor en Hospitalet de Llobregat desde hace más de 15 años que no pierde su peculiar acento extremeño del sur “gracias a que vengo cada vez con más frecuencia a casa”.

Se planteó hacerlo íntegro y casi lo consigue. Le han acompañado desde el coche su esposa y dos hijas quienes han aprovechado para hacer turismo regional. Miguel ha hecho el reto casi al completo porque cuando se quedaban solos los deportistas del Extremadura-Ecopilas la velocidad de crucero aumentaba de manera “casi imposible de seguir. Me pareció muy buena la iniciativa y cuando me enteré me puse en contacto con el equipo para intentar hacer el reto completo. Además del trazado y ciudades históricas por la que se pasa hay un paisaje muy bonito incluso en esta época del año, que es la peor en ese sentido. La bicicleta debería ser un medio para promocionar lo que tenemos en Extremadura y como digo es una actividad muy recomendable que a través del deporte de que venga gente a conocer nuestra tierra, pero si puede ser en varias etapas y con algo más de tranquilidad, mejor” nos cuenta este aficionado al btt de larga distancia.

El más joven de los acompañantes fue el placentino Íker Martín, corredor de la Escuela Ciclista GR100 MTB y cantera del Extremadura-Ecopilas, que a pesar de sus 15 años se atrevió con la segunda etapa y consiguió completarla entera “fundido, sobre todo en la parte final, pero contento después de hacer 145 kilómetros. Me dan buenos consejos y veo muy buen ambiente en el primer equipo donde ojalá pueda estar en un futuro”. No sería el primero que lo hace y tampoco será el último.

En resumen un fin de semana pleno de actividad deportivo-turística que seguramente se repetirá viendo como está el panorama competitivo y la gran aceptación que ha tenido, con especial agradecimiento a todas las personas que de alguna u otra forma han colaborado para que esta aventura haya podido llevarse a cabo.

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